Diego Maradona lleva un mes y medio en Argentina, luego de más de un año y medio de ausencia. Antes de desembarcar en Buenos Aires, pasó por Bielorrusia, donde fue presentado ante los fanáticos del Dínamo Brest como «presidente del fútbol» del club. Conversó con los futbolistas, recibió excéntricos regalos como un jeep de guerra y vio en vivo y en directo la mansión donde tiene previsto residir. En los próximos días planificaba su regreso a Europa, pero… Surgió un sorpresivo ofrecimiento que puede cambiar su destino.
Un club latinoamericano quiere al Diez como entrenador. Y desea contratarlo ahora. Se trata de Dorados de Sinaloa, equipo que juega en la Segunda División del fútbol mexicano. Fundado en 2003 y con seis torneos en la Liga de aquel país, pertenece al Grupo Caliente, que también es propietario del Tijuana, equipo con lazos con el fútbol argentino. El conjunto tiene entrenador: se trata del mexicano Francisco Martínez. Sin embargo, la campaña es pobre (ganó apenas dos partidos en seis fechas).
Por el momento sólo hubo sondeos preliminares pero, más allá del agradecimiento de Diego al Dínamo Brest (con el que tiene tres años de vínculo), dirigir es lo que más lo entusiasma. Su última experiencia en el banco de suplentes, con Luis Islas y Héctor Enrique como ayudantes de campo, fue en el Fujairah FC de Emiratos Árabes, que terminó ascendiendo a la elite del país asiático.
En el plantel de Dorados hay futbolistas argentinos: forman parte del grupo Gaspar Servio, ex arquero de River, Banfield y Arsenal y Jorge Córdoba, delantero con pasado en Gimnasia, Unión y Villa Dálmine. Claro que, para que Diego asuma en el club que tuvo entre sus estrellas a Pep Guardiola en 2006, primero debería rescindir con Dínamo Brest, institución para la que estaba buscando refuerzos (ya tiene apalabrado a Cristian Campestrini quien, curiosamente, procede de… Dorados).
¿Volverá a Diego a dirigir en el continente, donde ya estuvo al frente de Deportivo Mandiyú, Racing y la selección argentina?