El Barcelona ventiló el derbi catalán en el típico partido de vuelta de selecciones en el que le costó mucho alcanzar su nivel. De hecho, de no mediar la genialidad de Messi, hubiera tenido serios problemas para sacar el negociado adelante. Incluso, tras el 1-0, el Espanyol dispuso de algún peligroso acercamiento en los minutos finales, en los que se multiplicó Lenglet. Messi, ya en el 88′, firmó su doblete a pase de Malcom.
El partido lo decidió el de siempre. En una falta casi sobre la línea que él mismo provocó, Messi decidió el derbi. La golpeó con la suavidad que requería la poca distancia, el balón superó la barrera y, cuando quizá parecía que Diego López podía llegar, Víctor Sánchez, en su desesperada carrera hacia la portería para salvar la falta la desvió impidiendo que su portero llegara. La Pulga redondearía el choque con su gol número 31 en LaLiga Santander.
Un triunfo que hace todavía más líder al Barcelona, equipo al que cada vez parece más imposible que se le escape el título liguero.