Las dos finales de Copa América marcaron un antes y un después para las selecciones de Chile y Argentina: para la Roja fue gloria absoluta y para la albiceleste, el colmo del fracaso. Años después, las realidades cambiaron y en la previa de una nueva Copa América, ambos equipos son cuestionados.
En Argentina claramente es un fracaso haber perdido las dos finales, debido a la sequía de la albiceleste en el último tiempo, y también a la historia de triunfos que tienen. Quizás en Chile la crítica no habría sido tan dura si se hubiesen perdido esas dos finales, como lo fue en Argentina.
Las críticas de la prensa y de la gente fueron tan drásticas, que luego de la actuación albiceleste en Rusia, varios jugadores cerraron un ciclo y decidieron retirarse de la selección nacional.
Chile festejó el éxito de los dos títulos consecutivos, pero al año siguiente comenzó a cambiar al no poder clasificar al Mundial de Rusia. Antes de eso, la final de la Copa Confederaciones se vio más como un logro que un fracaso.
En tanto, Argentina alcanzó la clasificación a Rusia en la última fecha, con Messi como el gran salvador. Hasta ahí un logro, ya que se temía no llegar a la cita mundialista. Luego vino la debacle frente a Francia en octavos de final. Para los argentinos, por su historia, otro fracaso.
Desde la Copa América 2015 hasta ahora, Argentina tuvo a Gerardo Martino, Alejandro Bauza, Jorge Sampaoli y Lionel Scaloni, mientras que en la Roja, pasó Sampaoli, Pizzi y Rueda.
En Argentina todos se fueron por malos resultados, mientras que en Chile, Sampaoli dejó el cargo por convicciones propias, y Pizzi por no clasificar a Rusia.
En la actualidad Scaloni y Rueda lidian con el recambio. En Argentina quieren que sea rápido, y están dispuestos a dejar jugadores de gran categoría de lado para acelerar el proceso, mientras que en Chile la consigna mayoritaria de la gente es aprovechar a los que siguen vigentes hasta donde se pueda.
Los casos emblemáticos de ambas selecciones son los de Agüero, Higuain, Romero y Banega, por el lado trasandino, mientras que en Chile, claramente es el de Eduardo Vargas y Marcelo Díaz.
Las constantes frustraciones en Argentina hacen recurrir a algo nuevo: dejar de lado a jugadores de gran nivel, pero que en la selección no replican su buen nivel de clubes. Sergio Agüero y Gonzalo Higuain fueron parte del debate, y Scaloni ha optado por no considerarlos hasta ahora, pero tampoco ha conseguido buenos resultados.
En Chile, Rueda prescindió de Eduardo Vargas luego de haberlo convocado, y nunca contó con Marcelo Díaz. La opinión pública está dividida, y algunos piden el regreso de ambos, mientras que otros creen que es parte del proceso dejar a algunos afuera.
A falta de dos meses para la Copa América de Brasil, ambas selecciones tuvieron suertes distintas, con exigencias distintas de cada hinchada, pero ahora se encuentran en el mismo punto de cuestionamiento, y con el mismo objetivo: llegar a una nueva final, y ganarla.