Amanece en Benavídez, en la zona norte, a las afueras de la ciudad, y una brisa acompaña la mañana. La temperatura es inusual durante esta época en Buenos Aires. También la presencia de Gustavo Adolfo Costas. “Quiero estar en mi casa. Estoy full time con mis hijos. Es más, siempre hacemos los asados con los amigos acá. Solo me muevo para ver a mi viejo”, dice el técnico, quien dejó Arabia Saudita en noviembre. Está pendiente de la salud de su padre, pero tiene ganas de volver a trabajar. Y en el destino aparece el equipo cardenal. “Me seduce volver a Santa Fe”, asegura en un mano a mano con El Espectador.
El entrenador más exitoso de la historia del rojo capitalino recibió una propuesta para regresar a Bogotá. “Me llamó (Juan Andrés) Carreño para preguntarme si me interesaría dirigir a Santa Fe. Yo le dije que hasta marzo no podía moverme de acá. Si me esperan, puede ser”, asegura Costas, quien ganó cinco títulos en el club: los torneos Finalización 2014 y 2016, las Superligas de 2015 y 2017 y la Suruga Bank 2016, el primer logro de un equipo colombiano fuera del continente.
“Ya son 20 años dirigiendo. Arranqué en Racing en 1999 y no paré de dar vueltas por el mundo. Ahora estoy más dedicado a la familia que a otra cosa”, cuenta Costas, mientras su hijo más pequeño, Joaquín, le pide que le cambie los pañales. Habrá que esperar, entonces, para comenzar con el ida y vuelta de preguntas y respuestas. “Está muy pegado a mí. Es que yo estaba en México cuando nació, después volví para conocerlo y otra vez me fui. Mi esposa me dice que si me voy, me lo voy a tener que llevar, ja ja”, ríe Gustavo, que tiene tres hijos más: Giuliana, Gonzalo y Federico, el mayor, que también es preparador físico. Ya forma parte de su cuerpo técnico junto con el profesor Rubén Rivas y Pablo Fernández, el Moncho.
Lo llamó Carreño, le dijo que podía volver en marzo. ¿Hay posibilidades ciertas de que acepte el cargo?
Yo tengo un cariño enorme por la gente de Santa Fe. Seguro que me gustaría ir, pero hasta marzo no puedo moverme por la situación personal que atravieso. No sé realmente cómo es la actualidad del club, si es que está apurado por elegir el técnico.
¿Lo sorprende la situación que está atravesando el equipo?
Ver a Santa Fe último, sin participaciones en las copas… Sí, claro, me llama mucho la atención, por más que recién haya empezado el campeonato. Es un club grande y merece estar en un lugar de privilegio.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero a usted le fue bien en los dos ciclos. ¿Se expondría a una tercera etapa y arriesgar todo el capital que consiguió?
Pasé momentos maravillosos en Santa Fe. Entre el primer año y los 10 meses posteriores que estuve al frente del equipo ganamos cinco títulos. Si tengo que dar una mano, lo voy a hacer.
¿Vio al equipo? ¿Siguió los partidos?
Lo vi durante el torneo de verano. A Millonarios le ganó 3 a 1 y me había gustado. Pero lo más sorprendente es que jugó cuatro partidos, tres de local. Y antes, en El Campín, Santa Fe era muy fuerte. La mayoría de los partidos los ganaba. Eso es raro.
¿No se reforzó bien?
Creo que tiene que ver con lo que sucedió en los últimos tiempos. Hubo muchos cambios, a comparación de los años en los que estuve al frente del equipo. Se fueron jugadores importantes como (Yeison) Gordillo y Morelo. La salida de Wilson a Colón es una baja muy fuerte.
Volvió Ómar Pérez. ¿Cómo es su relación con él? ¿Todavía puede aportarle su brillo a Santa Fe o condiciona al técnico de turno?
Con el pelado me llevo muy bien, lo conozco, sé lo que le puede dar al equipo. A mí me pone contento que haya regresado a Santa Fe, donde es un ídolo, para retirarse de la manera que merece. Sé lo talentoso que es y todavía tiene mucho para dar.
¿Cuántos amigos lo llamaron de Colombia preguntándole cuándo vuelve?
Un montón, ja ja… Todos están pendientes. Pero todavía no hay nada resuelto. Acá estoy con mi padre. En marzo veremos.
¿Por qué se fue de Arabia Saudita?
Porque los dueños del Al Fayha no me hicieron caso cuando les pedí jugadores. Trajeron lo que a ellos se les ocurrió y en la pretemporada, cuando me di cuenta de cómo venía la mano, sumado a la situación de mi papá, me empujaron a irme. Nos fue muy bien en la primera etapa. Agarré al equipo último y lo llevamos al sexto lugar con los mismos puntos que el cuarto, pero con menor diferencia de gol. Le ganamos al Al Hilal que dirigía Ramón Díaz, que tenía un presupuesto mucho más grande que el nuestro y hacía un año y medio que no perdía un partido.
¿Del fútbol argentino no recibió ningún llamado?
No, acá no tuve propuestas. Es como que me perdieron el rastro en mi país. Me llamaron de Colombia, Bolivia y Chile. Pero a todos les dije lo mismo: recién en marzo puedo volver a trabajar. ¿Será en Santa Fe por tercera vez?