A mediados de junio, cuando arranque la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, echaremos en falta a un futbolista que no se había perdido la prueba reina desde 2002 y que inscribió su nombre en los anales del fútbol: Miroslav Klose.
El delantero marcó su 16º gol mundialista en el camino hasta el título de Alemania en la cita de 2014, y superó ni más ni menos que al brasileño Ronaldo. Klose decidió colgar finalmente las botas en 2016, con 137 encuentros internacionales a sus espaldas —en los que anotó 71 goles—, 24 partidos mundialistas y numerosos títulos y distinciones individuales.
Pese a ello, estará presente en Rusia a sus 39 años como entrenador de delanteros de la selección alemana, que defenderá título. Su objetivo no es otro que mejorar aún más las prestaciones de sus potenciales sucesores, como por ejemplo Timo Werner.
FIFA.com habló con este goleador excepcional ya retirado acerca de sus recuerdos mundialistas, del certamen que tendrá lugar en Rusia y de su récord.
Miroslav, usted participó en cuatro Mundiales celebrados en cuatro continentes distintos. Quién mejor, por tanto, para describirnos qué significa para un futbolista jugar un Mundial.
Un Mundial siempre es algo especial e indescriptible. Y si al final acabas levantando el trofeo, es sencillamente increíble. Por eso me hace tan feliz que ganáramos el Mundial de 2014, porque siempre nos habíamos quedado a las puertas. En 2002 llegamos a la final y, en los dos siguientes, caímos en semifinales.
Alemania siempre es una selección temible en los torneos. ¿Qué hay de cliché o de verdad en esta afirmación?
Nosotros, como selección alemana, siempre nos hemos sentido un equipo en todos los campeonatos. Es algo que siempre nos ha llevado lejos. Ese espíritu, esa dinámica, no brotan solamente durante el torneo, sino que se gestan en la preparación.
¿Podrá Alemania defender el título en 2018?
Estamos en disposición de llegar lejos, pero debemos conjurar ese espíritu de equipo. Alemania posee grandes talentos y futbolistas fantásticos con una calidad excelente, pero hay que sacarla a relucir en la cancha en el momento oportuno. Yo siempre he tenido ese sentido colectivo en mente. Para mí, el equipo es la prioridad absoluta. Cuando todos los jugadores rinden a su mejor nivel, el equipo entero se beneficia de ello.
¿Podría haber alguna sorpresa?
En todos los Mundiales hay una selección que ves que juega bien y, a partir de ahí, empieza a crecer. Eso puede llevarle incluso a vencer a grandes rivales.
¿Qué jugadores dejarán su huella en la Copa Mundial?
Casi siempre son los mismos, estrellas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Eso sí, cada selección tiene un puñado de futbolistas especiales. Quizá no sean los nombres que todo el mundo conoce, pero son tremendamente importantes para sus respectivas selecciones. Es algo que hay que saber apreciar y reconocer.
¿Qué espera del torneo en Rusia en líneas generales?
Será muy especial. Ya lo vivimos en la Copa Confederaciones. El ambiente en los estadios era bueno, con multitud de aficionados vibrando. Será un Mundial fantástico.
Hablemos ahora de usted, que es el máximo goleador histórico de la Copa Mundial. ¿Es consciente de que es un icono?
Yo no me veo como un icono, pero reconozco que es algo increíble. 16 goles… Parece un sueño. En cualquier caso, debo darles las gracias a mis compañeros, porque sin ellos nunca lo habría logrado.
¿Se batirá algún día este récord?
Hay jugadores buenísimos, así que es muy probable que superen mi marca algún día. Pero me dejaré sorprender. Me alegraré por aquel que lo consiga. No quiero aferrarme a ese récord.
Marcó su 16º gol precisamente contra Brasil en Brasil, en aquel inolvidable 1-7 en semifinales…
Fue grandioso. Muchas veces me preguntan por qué necesité dos intentos en esa acción. En el primero, el arquero brasileño hizo una buena parada. Tras el rechace, la metí. Fue un partido muy especial. Jugar así de bien en Brasil y aprovechar tan bien nuestras ocasiones de gol… El equipo entero estuvo sensacional.
¿Cuál es su mejor recuerdo de un Mundial?
La consecución del título en 2014, por supuesto. Todavía guardo un montón de imágenes en la memoria. Sobre todo, de cuando tenía el trofeo en las manos. Volví a experimentar esa sensación en el sorteo de la fase de grupos [de Rusia 2018]. Pero tampoco soy de los que ahora vuelva a picarles el gusanillo y les apetezca saltar de nuevo al terreno de juego. También hay otros muchos momentos, como por ejemplo mi primer Mundial en 2002, en el que llegamos a la final. O el primer partido de la liguilla contra Arabia Saudí, que regresa este año al Mundial. Su capitán de entonces [ndlr: Sami Al Jaber], con el que me tocó pasar el control antidopaje, también estuvo presente en el sorteo final de Moscú. Es inevitable que te vengan historias, imágenes y recuerdos a la cabeza.
Actualmente, ejerce de entrenador de delanteros en la selección alemana. ¿Cómo es el delantero ideal en el año 2018?
Personalmente, a mí siempre me han gustado los jugadores como Diego Forlán, por ejemplo. Era un delantero completo, algo muy importante hoy en día. Lewandowski, por su parte, posee algo especial, tiene un poquito de cada uno, además de infinidad de cualidades. Y uno ha de saber adaptarse continuamente, porque a veces te enfrentas a defensas de tres, cuatro o cinco hombres. Tienes que variar tu forma de jugar y, cuantas más cualidades tengas, más impredecible serás. Ya no basta con rematar bien de cabeza y chutar fuerte con la derecha.
Mesut Oezil, su compañero durante tantos años y asistente habitual, le dedicó estas palabras cuando se retiró: «Gracias por tus goles, Miro. Ahora ya eres una leyenda». ¿Qué opinión le merece el astro del Arsenal?
He jugado muchos torneos con él. Tiene algo muy especial, mucha ligereza. Además, siempre me han resultado interesantes los jugadores zurdos. Se giran de manera distinta. Para un delantero, es importante tener por detrás a alguien como él, porque es capaz de filtrar el balón, atraer a los contrarios y habilitar espacios. Lee muy bien el juego. El fútbol es cada vez más veloz y, muchas veces, todo depende de lo rápido que ejecutes con los pies lo que pasa por tu cabeza. Eso es lo que distingue a un buen futbolista. Y él lo tiene todo. Muchos no se atreven o, aun viendo el espacio, reaccionan tarde.
¿Hay algún jugador que se le pueda comparar?
A bote pronto, se me ocurre Johan Micoud, del Werder Bremen, que también poseía una gran agilidad mental. Fue uno de los mejores futbolistas con los que jugué.