Una de las canciones preferidas de Philippe Coutinho, se lo contó a Barça TV nada más aterrizar en la Ciudad Condal, se titula Tà Escrito, del grupo Revelaçao. En ella se escucha: “Si en la vida encuentras sinsabores, debes saber esperar tu momento (…), a veces la felicidad tarda (…), tu hora va a llegar”.
Coutinho es un jugador sensible y emotivo. Cualquiera de los compañeros que lo han conocido en su trayectoria por Europa (Inter, Espanyol, Liverpool, Barcelona) o en la selección de Brasil habla de un futbolista querido en el vestuario, pero con cierta dificultad para vencer las situaciones adversas. Es difícil no recordar el episodio de septiembre de 2017, cuando el jugador rompió a llorar después de hacer un gol con Brasil ante Ecuador, dolido como estaba por la negativa del Liverpool a dejarlo salir rumbo a Barcelona. Ese mismo día, Neymar, que terminaba de irse del Barça de mala manera, habló de un jugador con “una tristeza muy grande” por no poder salir del Liverpool.
La marcha de Liverpool también fue un trauma para el futbolista, que pese a una emotiva carta de despedida en la que aseguraba que nunca estaría lo suficientemente agradecido a lo que le habían dado todos sus años de red y resaltaba que sería uno de ellos y les llevaría en el corazón toda la vida, no fue perdonado por parte de la grada de Anfield.Agunos aficionados reds no le perdonaron sus últimos meses, en los que alegó varios problemas físicos para borrarse de algunos partidos mientras se cocía su fichaje por el Barcelona. Eso también afectó su moral.
Después de un aterrizaje paulatino pero relativamente exitoso en el Barça, los dos últimos meses, coincidentes además con su primer aniversario en la ciudad, han resultado decepcionantes para Coutinho, incapaz de ocultarlo además en el césped, donde se le ve algo apagado. Además de no estar en su mejor momento físico, el brasileño, traspaso más caro de la historia de LaLiga (160 millones) se sabe poco importante en el equipo y no hay nada peor para la confianza del jugador, más aún si tiene un déficit de seguridad en sí mismo.
De carácter tranquilo, familia asentada y vida tranquila, son sus agentes la parte más tóxica de su entorno. Kia Joorabchian y Giuliano Bertolucci, sus agentes, ya han hecho saber al Barça que el jugador (y ellos) está disgustado con su situación y han empezado a agitar el árbol. Es conocida la buena relación de Kia Joorabchian con el Daily Mail. Curiosamente, el mismo medio que ha empezado a publicar un supuesto interés del Barça (jugador que también lleva Joorabchian) en Willian.
La fragilidad moral de Coutinho y los movimientos circulares de su entorno, otra vez relacionando al brasileño con la Premier, generan cierta preocupación en el Barça, que tiene confianza real en que el brasileño recupere su nivel y sea un jugador de trayectoria en el club azulgrana. La situación actual, sin embargo, no parece tener una solución inmediata de no ser por un giro en los planes de Valverde que en este momento no parece contemplar.
Esa canción preferida de Coutinho, Tà Escrito, del grupo Revelaçao, también dice: “Levanta la cabeza y llénate de fe, que esa tristeza desaparezca, debes confiar, un nuevo día va a venir y tu momento va a llegar”. Está por ver.