El deportista de 19 años, que creció en Francia, competirá este sábado en la noche en la prueba del slalom gigante en los Olímpicos de Invierno, en Corea del Sur.
La vida no le resultó tan difícil como si se hubiera quedado en Colombia con su madre, una adolescente de 15 años pasmada por la maternidad prematura, con el temor de lo desconocido, con un padre que huyó despavorido borrando su propio rastro, con una abuela de temperamento frío, como un témpano, que no titubeó en el momento de darlo en adopción.
Participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud, en Noruega, en 2016, representando a Colombia, por un compromiso, más que con los suyos, consigo mismo, para no olvidar su origen, para recordar lo difícil que le fue llegar, lo que tuvo que dejar atrás “Soy colombiano. Me gusta mi país, la comida, la gente, la música. No puedo negar lo que soy por más que me camufle como un francés”.
Gracias a este joven de 19 años, de voz gruesa y que admira al ciclista Nairo Quintana por lo que ha hecho a lo largo de su carrera, Colombia estará en una de las pruebas más tradicionales de las justas, una de las que más gente reúnen y en la que para ganar hay que combinar agilidad, agallas y un poco de atrevimiento.
“No vengo sólo a participar, vengo a demostrar que en los países del trópico también hay gente con talento para deportes que se ven muy lejanos y que con un impulso, como el que me dieron a mí, se puede llegar muy lejos”