En el segundo semestre Millonarios ha encarado tres de los cinco torneos que tenía en el año. La Liga en la que lleva 13 partidos jugados, por Sudamericana fueron cuatro y en Copa local lleva cinco, completará seis este viernes ante Once Caldas por la vuelta de la semifinal, para un total de 22 partidos, ha jugado cada 72 horas y a veces menos.
Una de las razones que explica el mal momento del equipo es que el grupo que se armó no aguantó el ritmo de competencia porque no se priorizó en ninguno de los tres torneos y se quería ganar o por lo menos llegar a final de todos. A esta altura del semestre, está eliminado de Sudamericana, comprometido en la clasificación a finales de la Liga, aunque matemáticamente todavía hay chance y si pierde la serie de semifinal de vuelta ante Once Caldas quedaría fuera de la Copa Águila.
Lesiones
La cantidad de partidos jugados trajo como consecuencia las lesiones de jugadores claves e importantes para el esquema del profesor Miguel Ángel Russo. El central uruguayo Matías de Los Santos lleva un mes por fuera y sin fecha de regreso, jugador clave en defensa, para jugar junto a Cadavid. Jhon Duque, la figura de Millonarios en el primer semestre sufrió una complicada lesión que lo deja fuera lo que resta de la temporada.
También en los partidos claves, por lesión se perdió por más de 20 días a David Silva que en su regreso no ha podido encontrar su nivel. Sumamos también las reiteradas recaídas que ha tenido el delantero paraguayo Roberto Ovelar y se suma ahora la más reciente, la de Christian Marrugo quien presenta una lesión muscular que lo saca de los próximos tres juegos.
Rotaciones
Las rotaciones del técnico no han favorecido al equipo y en muchos partidos perjudicaron más de lo que beneficiaron, algunos jugadores que traían ritmo de competencia y que habían sido importantes perdieron continuidad, confianza y no han podido retomar el nivel al que estaban acostumbrados (Jair Palacios, Felipe Banguero, Juan Guillermo Domínguez y Juan Camilo Salazar).
Algunos con competencia continua como Andrés Cadavid y Ayron Del Valle, no han alcanzado el nivel que traían en el primer semestre, donde más se nota es en defensa, pues el año pasado recibieron 39 goles y en este han recibido 35 a seis fechas de terminar la fase regular de la Liga.
Ayron ha bajado en su producción goleadora en referencia a otros semestres (lleva tres goles), el nivel futbolístico es bajísimo y eso que ha sido uno de los que más han jugado. Sin embargo, no es el único con poca producción ofensiva, los demás delanteros no aportan goles, en este semestre los pocos goles que se han marcado han sido de volantes y defensas. Ovelar (1) y Hauche (2). El déficit goleador es evidente, en el 2017 se consiguieron anotar 67 goles en menos partidos y en este apenas se han logrado marcar 37.
Perdió jerarquía en casa
Después de ser uno de los mejores locales, ha pasado a ser el peor sin sumar victorias en siete fechas. Está igualando la campaña del 2002 con la racha más larga sin ganar de local en torneos cortos, en esa ocasión fueron siete. De los últimos 21 puntos disputados, solamente consiguió seis en la Liga, es decir un rendimiento del 24 %.
Desde la parte técnica los errores han sido respaldar jugadores que no responden a ese voto de confianza y seguir insistiendo en ellos.
Finalmente, nada ha salido este semestre, que en vez de mejorar cada día el nivel es peor y se van a seguir sumando lesionados y van a llegar también los sancionados por acumulación de amarillas, como los casos de Román en la pasada fecha y Domínguez hace algunos días y también hay que decir que la nómina que se armó no era la ideal y apropiada, para toda la competencia que se tenía.
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