El Tottenham se ha clasificado para su primera final de Champions, lo ha hecho tras dar la vuelta a la semifinal ante el Ajax. Pero no se hubiera logrado meter a ella si no hubiera sido por la intervención del videoarbitraje en cuartos. Donde esta nueva herramienta, implantada desde octavos en la competición continental más importante, fue decisiva para que los Spurs pasasen de ronda y no lo hicieran el Manchester City de Pep Guardiola.
El VAR intervino en tres ocasiones en el cruce de cuartos en Tottenham y Manchester City. En el partido de ida señaló un penalti por mano de Rose, el cual falló Agüero. Fue en el encuentro de vuelta cuando el videoarbitraje tuvo más trabajo. La primera vez que actuó fue para revisar el gol de Fernando Llorente, que involuntariamente le dio en la mano y le sirvió para acomodársela, pero debió ser anulado. El turco Çakir fue a ver la jugada, pero desde el VAR no le mostraron las imágenes adecuadas para que pudiese certificar que existía la infracción. Posteriormente, ya en el descuento, Sterling logró anotar el quinto gol del Manchester City, pero no subió al marcador porque existía un fuera de juego previo de Agüero.
Ese gol anulado a Sterling no hubiera sido anulado si no estuviera implantado el VAR en la Champions y, por lo tanto, el signo de la eliminatoria hubiera sido diferente. El Manchester City hubiera sido el equipo que se habría enfrentado en semifinales al Ajax y no el Tottenham.
