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Oficial: Todo lo que debe saber del Superclásico Brasil-Argentina

La Real Academia Española (RAE) define rivalidad como “Enemistad producida por emulación o competencia muy vivas” y describe a la perfección lo que supone un partido de fútbol entre Argentina y Brasil. Los duelos entre ambos países son algo más que un simple compromiso con una pelota y once jugadores. Representa uno de los enfrentamientos más excitantes del mundo del fútbol, ya no sólo por cómo se dan los partidos dentro del terreno de juego, sino por el espectáculo que mueve también fuera. El Superclásico sudamericano, según la FIFA, se ha juegado 104 veces y tiene 40 triunfos para Brasil, 38 para Argentina y 26 empates, registrando 162 goles convertidos por Brasil y 160 por Argentina.

Momentos históricos de los Argentina – Brasil

El debut de Pelé y el último gol de Labruna: Brasil 1-2 Argentina (Rio de Janeiro, 1957)

Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’ es una figura inolvidable dentro del mundo del fútbol.Un jugador universal y que deslumbró a todos desde el inicio de su carrera en el Santos, pasando por sus magníficas actuaciones en las dos Copa Libertadores y los tres mundiales que ganó, además de su fugaz paso por el ‘soccer’ norteamericano. 

El destino quiso que Pelé debutase con la ‘Canarinha’ frente Argentina. Fue el 7 de julio de 1957 en un Maracaná lleno hasta la bandera. Ese día, con 16 años, 8 meses y 17 días, ‘O Rei’ se enfundó por primera vez la camiseta verdeamarela. El compromiso correspondía a la Copa Roca, un torneo que se jugaba a ida y vuelta entre Argentina y Brasil y cuyo nombre rendía honor a Julio Argentino Roca. El partido terminó con triunfo argentino, pero Pelé logró su primer tanto internacional. En el minuto 77 logró perforar la red que defendía Amadeo Carrizo. Debut y gol, nada mal para tratarse de su primera aparición con la selección brasileña. 

Por parte de la ‘Albiceleste’, el partido también tiene motivos para el recuerdo. Además de superar a Brasil en Maracaná, Ángel Labruna logró su último gol con la camiseta de la Selección Argentina. Pese a que posteriormente jugó el Mundial de 1958, en aquella cita no marcó ningún tanto. El histórico goleador del fútbol doméstico y de River Plate logró 17 goles en 37 partidos con la casaca de su país.

La pelea masiva después de la patada de Jair a Salomón: Argentina 2-0 Brasil (Buenos Aires, 1946)

10 de febrero de 1946. Argentina y Brasil disputan el último partido del Campeonato Sudamericano. El duelo es trascendente para dilucidar quien sale campeón. Argentina llega con pleno de victorias y Brasil, invicto, con tres triunfos y un empate.

El partido fue bronco, como se esperaba, pero todo se salió de madre en el minuto 28. Jair hizo una entrada a Salomón que le provocó al cacique de la defensa argentina salir del terreno de juego con la pierna rota. En ese momento, se produjo una gran pelea entre los dos equipos, con los banquillos también implicados y en la que la policía local, en lugar de separar, se dedicó a apoyar a los argentinos.

Los brasileños no se sentían seguros y no tenían claro el reanudar el partido. Después de una hora, Domingos da Guía convenció a sus compañeros después de recibir garantías firmadas por escrito de que la policía no volvería a saltar al césped. El compromiso, que se alargó más de cuatro horas, finalizó con victoria para Argentina (2-0) con goles del ‘Tucho’ Méndez.

El primer encuentro en un Mundial: Argentina 1-2 Brasil (Hanover, 1974)

Pese a que la rivalidad y la tradición futbolística de ambos países es amplia, nunca se habían enfrentado en un Mundial hasta 1974. Fue, precisamente, en la Copa del Mundo que se disputó en Alemania donde se citaron en la segunda fase de grupos. Cabe destacar que el formato era distinto al que conocemos actualmente. Se disputaron dos fases de grupos: los dos primeros equipos de cada uno de los cuatro grupos iniciales entrarían en dos grupos finales de cuatro equipos cada uno. Los ganadores de éstos, clasificarían a la final.

Brasil y Argentina se midieron en la segunda fase, que reemplazaba a los cuartos de final y la semifinal.

La ‘Canarinha’ venía de ganar el Mundial del 70 de forma sublime, pero arrastraba ausencias importantes para la cita mundialista en Alemania. La más importante, obviamente, era la de Pelé. El histórico delantero brasileño fue al Mundial como comentarista, no como futbolista. Y su ausencia se notó. Tampoco pudieron participar talentosos como Tostao, Gerson o Clodoaldo, que se lesionó en la gira preliminar por Suiza. Brasil alcanzó la segunda fase después de, en el primer grupo, finalizar como segunda clasificada con un triunfo: 0-3 vs. Zaire. Pese a que no había arrancado bien el Mundial, los de Zagallo encauzaron el ritmo en la siguiente ronda. Un gol de falta de Rivelino (gracias en parte a Jairzinho, que se incrustó en la barrera y se agachó en el momento del disparo) les dio el triunfo ante Alemania Oriental. Y llegó Argentina.

Por su parte, la ‘Albiceleste’ tampoco se presentaba en un gran momento al Mundial del ’74. Sivori, el líder del grupo desde el banquillo, no fue renovado en su cargo y para la cita mundialista se recurrió a Vladislao Cap. El ‘Polaco’ encabezó el trío de entrenadores que completaron José Varacka y Víctor Rodríguez. Argentina tenía talento a raudales: el ‘Ratón’ Ayala había hecho uno de sus mejores años en el Atlético de Madrid, Brindisi, Houseman, un ‘novato’ Kempes y el llamado a última hora Babington. El ‘Inglés’ terminó por ser toda una sorpresa en el Mundial. El equipo argentinó logró el pase después de recibir la ayuda de una “incentivada” Polonia. Los europeos, ya clasificados, derrotaron a Italia (2-1) y Argentina hizo lo propio frente a Haití (4-1). La segunda fase fue un desastre. Empezó de la peor manera, frente a la Países Bajos de Cruyff. Babington se perdió el partido debido a una sanción y la ‘Naranja Mecánica’ pasó por encima: un 4-0 que pudo ser más si no llega a ser por la actuación de Carnevali. Cruyff marcó dos goles y asistió a Rep en el tercero. El siguiente partido era Brasil.

El partido era decisivo. Los dos habían perdido en su duelo anterior, por lo que, si querían mantener vivo el sueño de llegar a la final del Mundial, una victoria era incuestionable. El compromiso se disputó en Hanover el 30 de junio de 1974. Brasil se adelantó en el marcador con un potente disparo de la magnífica zurda del fútbol brasileño: Rivelino. Un golazo de tiro libre de Brindisi igualó el marcador. Pero, con el segundo tiempo recién empezado, Jairzinho situaría el definitivo 1-2 con un contundente remate de cabeza tras centro de Ze María.

«Ellos tenían bajas, a nosotros nos había costado hacer equipo. El rendimiento estuvo muy por debajo de lo que podía dar ese plantel. Fue un 2-1, pero tuvimos muchas oportunidades, suficientes como para no haberlo perdido», declara a este periódico Miguel Ángel Brindisi.

Al final, el resultado del partido fue intrascendente: Brasil quedaría eliminada tras perder frente a Países Bajos y Argentina, ya fuera después de caer ante la ‘Canarinha’ igualaría (1-1) contra la República Democrática Alemana. Ese día, en un partido intrascendente, debutó Ubaldo Fillol.

Maradona expulsado en Sarriá: Brasil 3-1 Argentina (Barcelona, 1982)

En la segunda fase del Mundial de 1982, Argentina, Brasil e Italia quedaron encuadradas en el conocido como ‘grupo de la muerte’. La vigente campeona del mundo, el equipo que deslumbraba a todos y una Italia que hasta ese momento no había demostrado condiciones para llevarse el trofeo a casa.

Brasil en la primera fase mostró sus credenciales para ser campeón. Pese a que en el arranque contra la Unión Soviética se vio su fragilidad defensiva. La URSS puso en problemas a Brasil, pero un golazo de Eder desde fuera del área le dio el triunfo a la ‘Canarinha’. A partir de ahí, los de Tele Santana fueron imparables: 4-1 a Escocia y 4-0 a Nueva Zelanda. Y llegó la segunda fase.

Por su parte, la ‘Albiceleste’ tuvo muchos problemas en ese Mundial. «En cuatro años cambian muchas cosas… Veníamos con mucha presión después de ser campeones del pasado Mundial. No tuvimos un buen arranque y eso ya fue complicado para todos», relata Ramón Díaz. El inicio fue complicado: derrota frente a Bélgica y el siguiente partido era contra una Hungría que había endosado un 10-1 a El Salvador. Pero apareció Maradona. Fue la primera gran actuación del 10 en una Copa del Mundo. Hizo dos goles, pero pudo marcar alguno más. Argentina superó 4-1 a Hungría. Pese a eso y vencer a El Salvador (2-0), Bélgica se quedó con la primera plaza y los de Menotti quedaron encuadrados en el peor grupo posible en la segunda ronda.

Argentina había caído frente a Italia en el primer compromiso del grupo. El duro marcaje de Gentile a Maradona, con el colegiado rumano Nicolai Rainea como cómplice, fue una de las claves para entender el sorprendente triunfo italiano sobre el cuadro argentino. Por lo que, después de esa derrota, se jugaban el pase frente a Brasil. 

El partido, que se jugó en Sarriá, se decantaría temprano hacia el lado brasileño. Zico adelantó a los suyos con un gol tras una falta botada por Eder que rebotó en la parte inferior del larguero y que el ’10’ mandó al fondo de la red. Tácticamente el planteamiento de Menotti resultó poco efectivo a nivel ofensivo. Maradona estaba muy apartado de la jugada; Kempes, lejos del área y Brasil manejaba la pelota a sus anchas. En el segundo tiempo, la ‘Albiceleste’ empezó a jugar. El ‘Pelusa’ bajó a recibir el balón y empezó a ser un problema. Además, Ramón Díaz había reemplazado a Kempes y le dio otra cara al equipo.

Pese a esa mejoría, Brasil y su centro del campo impusieron su ley. Serginho, muy criticado durante todo el campeonato, hizo el segundo al rematar un centro de Falcao tras un gran pase de Zico. El ‘Pelé blanco’ daría la asistencia a Junior para hacer el tercero. Un excepcional pase que el lateral no desaprovechó. Argentina, ya eliminada, pasó un infierno en los minutos finales. De hecho, Maradona fue expulsado por una durísima entrada a Batista a cinco para el final. Ramón Díaz, cuando el partido ya había prácticamente finalizado, marcó y puso el 3-1 definitivo.

«Caímos en la segunda ronda ante Italia y Brasil. No fueron dos selecciones nada fáciles. ¿Qué nos pasaron por encima? Es verdad. Pero yo creo que no estábamos mentalizados para hacer lo que hicimos. Teniendo mejores jugadores, no mejor equipo que en el 78, no pudimos hacer sombre a ninguno de aquellos dos equipos», cuenta Mario Alberto Kempessobre lo que fue aquella Argentina.

El bidón a Branco y el pase de Maradona a Caniggia: Brasil 0-1 Argentina (Turín, 1990)

Argentina y Brasil se vieron las caras, de nuevo, en una Copa del Mundo ocho años más tarde. Para aquel entonces, Maradona ya era una estrella más que consolidada y con un Mundial bajo el brazo. Por su parte, Brasil se presentó al campeonato en Italia con un equipo que tenía menos talento que otras plantillas y que, además, contaba con la novedad táctica de Lazaroni de colocar a un hombre libre en la defensa. En el país se criticó mucho ese líbero.

En un grupo que parecía asequible, la ‘Albiceleste’ tuvo un paso complicado. Se clasificó como uno de los mejores terceros después de una derrota frente a Camerún (1-0) con graves errores defensivos, superar a la URSS (2-0) y empatar con Rumanía en la última jornada. Eso provocó que cayera en el lado más complicado del cuadro y, como consecuencia, el enfrentamiento con Brasil en octavos de final.

La ‘Canarinha’ fue primera de su grupo con el máximo de puntos, encajando solo un gol y convirtiendo cuatro. Los triunfos frente a Suecia (2-1), Costa Rica (1-0) y Escocia (1-0) le dieron el billete a octavos de final donde esperaba Argentina.

Argentina logró el triunfo frente a Brasil en Turín y el pase a los cuartos de final gracias a un inspirado Diego Armando Maradona. Las ocasiones durante todo el partido fueron para Brasil. Goycochea y la falta de puntería brasileña fueron los culpables de que el marcador de la verdeamarela se quedara en cero. Una parada del arquero argentino muy recordada es la que le hizo a Alemao en la segunda parte. Y apareció Diego. A ocho minutos del final y con la rodilla izquierda maltrecha, consiguió abrirse camino entre los defensores brasileños y puso un pase magnífico a un Caniggia que sorprendió a todos y batió a Taffarel. El dominio de la ‘Canarinha’ no había servido para nada, Argentina estaba en cuartos.

Desde Brasil, una vez terminado el partido, se acusó al banquillo albiceleste darle una botella de Gatorade con un somnífero. Branco, el lateral izquierdo, fue el que lideró las protestas. Maradona, años después, reconoció el hecho en un famoso programa de televisión 

Maracanazo del ‘Piojo’ López: Brasil 0-1 Argentina (Rio de Janeiro, 1998)

El último triunfo de Argentina en Maracaná fue en 1998. En aquella ocasión, en un duelo amistoso, los dirigidos por Daniel Passarella lograron la victoria gracias a un gol en los minutos finales de Claudio ‘Piojo’ López. La ‘Albiceleste’ consiguió terminar con una racha negativa de 41 años sin ganar ante los brasileños en el mítico estadio. El compromiso, correspondiente a la preparación del Mundial de Francia, se jugó un 29 de abril.

Dos finales de Copa América, dos títulos para Brasil

Brasil y Argentina han disputado dos finales de Copa América tal y como conocemos el torneo ahora mismo. En 1937, en el marco del Campeonato Sudamericano de Selecciones, encontramos un precedente de una final entre ambos países. La cuestión reside es que la misma se tuvo que disputar para desempatar porque los dos equipos estaban con los mismos puntos en lo más alto de la clasificación de la liguilla. La ‘Albiceleste’ se impuso en el Viejo Gasómetro de Buenos Aires (2-0, ambos goles de Vicente de la Mata).

Con el formato de 12 selecciones, el más común en la Copa América, se han visto las caras en el último partido del torneo en dos ocasiones: 2004 y 2007. Los dos han tenido el mismo final: Brasil levantando el título.

La amargura de los penales para Argentina: Brasil 2 (4) – 2 (2) Argentina (Lima, 2004)

En 2004, Brasil, vigente campeona del mundo, se presentó a la competición en Perú con un equipo B. Carlos Alberto Parreira, el seleccionador por aquel entonces, prefirió dar descanso a sus estrellas de cara a las Eliminatorias. Por eso, jugadores como Ronaldo, Ronaldinho, Kaká, Cafú o Roberto Carlos no asistieron.

Argentina, por su parte, venía de un Mundial decepcionante. Bajo la conducción de Marcelo Bielsa había logrado una clasificación histórica para Corea y Japón 2002, pero la eliminación en fase de grupos dejó un sabor muy amargo.

Las dos selecciones habían mostrado un nivel muy alto de juego en su camino hacia la final. De hecho, sólo acumulaban una derrota cada uno en la fase de grupos.

El partido, que se disputó el 25 de julio de 2004 en el Estadio Nacional de Lima, vio a Argentina adelantarse en el marcador en el minuto 21 de juego. El ‘Kily’ González pondría por delante a los argentinos desde el punto de penalti. Antes del descanso, ya en el tiempo añadido, Luisao anotaría el empate de cabeza. Un gol psicológico, pues el balón no se volvió a poner en juego hasta la segunda mitad. Con el encuentro prácticamente finalizado, el ‘Chelo’ Delgado convertiría el tanto que parecía dar el campeonato a la ‘Albiceleste’.

Una potente volea que hizo vibrar a todo el banquillo. Pero, el destino parecía no estar conforme con el triunfo argentino. Bielsa retiró del campo a Tevez e introdujo a Quiroga para cerrar el encuentro y lograr el ansiado trofeo. Justo un minuto después, Adriano (máximo anotador del torneo con 7 goles) controló una pelota dentro del área y definió con un disparo fortísimo para llevar el partido a la tanda de penales. Desde los once metros, los fallos de D’Alessandro y Heinze condenaron a Argentina. Brasil se llevó el título. El consuelo argentino llegó unos meses después: en agosto de ese mismo año, prácticamente el mismo grupo de campeones ganó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Atenas.

Argentina enamoró, pero se ahogó en la final: Brasil 3-0 Argentina (Maracaibo, 2007)

En la Copa América de 2007, Argentina practicó un fútbol bellísimo. Riquelme y Verón habían regresado a vestir la camiseta de su país después de renunciar a la selección, Messi estaba en un momento dulce y, además, parecía traducirlo sobre el terreno de juego con los colores de la ‘Albiceleste’ y Alfio Basile parecía que podía llevar al equipo desde el banquillo a ganar una nueva Copa América y quitarse de encima la sensación de fracaso que había dejado el Mundial de 1994.

Con todo eso, y después de una Copa América de ensueño (ninguna derrota, 3 goles encajados hasta la final, 16 a favor, Riquelme peleando por ser el máximo anotador), Argentina se plantaba en Maracaibo como favorita. Brasil, por su parte, se encontraba en un periodo de entreguerras. Dunga estaba en sus primeros pasos como seleccionador y tenía a una plantilla que buscaba regenerarse después del Mundial 2006. Robinho y Baptista eran los estandartes del equipo.

El partido empezó de la peor forma posible para Argentina. Baptista recogió en la frontal un envío largo de Elano ante Ayala y marcó un golazo en el cuarto minuto de partido. El tanto brasileño dejó entrever lo que sería el duelo: Brasil replegando muy junta, faltas constantes para evitar la creación de los talentosos argentinos, ahogar a Riquelme y rápidos contragolpes. Pese a que la ‘Albiceleste’ respondió temprano con un remate de Román a la madera, el encuentro ya tenía dueño.

La ‘Canarinha’ se marcharía al descanso con un gol más: Ayala, al ir a despejar un centro, lo introduciría en su propia portería, acabando con las esperanzas de levantar la copa. El juego argentino parecía distinto al de todo el torneo: posesión sin explosividad, sin profundidad, sin generar peligro. Dani Alves hizo el 3-0 definitivo culminando un fantástico contragolpe. Robinho fue elegido mejor jugador del torneo, además de ser el máximo goleador. .

La magia de Messi en Estados Unidos (Nueva Jersey, 2012)

La Argentina de Sabella superó a una Brasil alternativa que se preparaba para los Juegos Olímpicos de Londres con tres goles de Leo Messi. Sin duda, un hecho memorable, por la rivalidad que hay entre las dos selecciones y por lo que supone para un jugador anotar un hat-trick. El tercer tanto es el mejor de todos: después de una gran carrera con el balón atado a su bota izquierda, Messi saca un disparo a la escuadra derecha de la portería. Un momento que merece la pena recordar.

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