El piloto de Países Bajos, Max Verstappen, ganó el GP de los Países Bajos por delante de un Fernando Alonso que estuvo muy bien.
Entre tanto, Gasly heredó el tercer puesto de un sancionado Pérez; y Sainz consiguió un meritorio quinto con el Ferrari más pobre de la temporada.
Dos tormentas dieron la vuelta a la carrera, al inicio y al final. Aunque Max siempre estuvo delante, y conquistó en casa la novena victoria consecutiva (récord histórico en la F1), nadie se marchó de la grada de Zandvoort con la sensación de haberse aburrido como en Hungría o Spa. Vuelve la ilusión, a pesar del dominio del campeón, porque con esta versión Fernando y Aston Martin se puede volver a soñar.
Alonso defendió el quinto el quinto puesto, salió con buena tracción, hizo un trazo imposible por el interior y adelantó en 50 metros a Albon y Russell. En menos de media vuelta, había hecho lo más difícil para poder amarrar el séptimo podio del año, pero entonces empezaron los problemas: se puso a llover con cierta intensidad, el cielo se nubló y se volvió imprescindible cambiar a neumáticos intermedios.
Quienes lo hicieron más pronto (Pérez, Gasly, Leclerc), tomaron ventaja inmediata. Verstappen, Alonso o Sainz, que dieron una vuelta de más, perdieron algunas plazas y tuvieron que remontar. Norris y Russell se esperaron al siguiente paso por meta y directamente se autodescartaron del top-5.
Verstappen cazó a Checo en esa segunda parada (vuelta 12) y Alonso superó a Gasly por la misma vía para asentarse por fin en la tercera plaza. Sainz también se asentó en el top-5 una vez se libró de toda la morralla. La actuación del madrileño era sólida, pero a Leclerc le salía todo mal: un toque al inicio con Piastri le obligó a cambiar de alerón y los daños en el suelo forzarían más tarde el abandono. A perro flaco todos son pulgas, porque el Ferrari fue muy flojo en Zandvoort. Sargeant se chocó otra vez y provocó un coche de seguridad que no tuvo mucha incidencia en el orden, porque todos habían parado poco antes.
Así las cosas, Verstappen se marchó hacia la bandera a cuadros y la fiesta nacional, Alonso apenas le pudo aguantar dos vueltas amenazantes. Pérez no pasó a Fernando y además recibió una penalización de cinco segundos por excederse en el límite de velocidad del ‘pit-lane’, y eso regaló el podio a Gasly con el Alpine. Sainz salvó por los pelos la quinta posición con unos neumáticos intermedios muy gastados y con menos ritmo que Hamilton (6º) o Norris (7º).
