El serbio Novak Djokovic, en Wimbledon, batió el récord de más finales de Grand Slam de la historia (35, nueve en el torneo británico) con un triunfo ante el italiano Jannik Sinner: 6-3, 6-4 y 7-6 (4) en 2 horas y 47 minutos.
De esta manera, Novak, rompe el empate que mantenía con Chris Evert desde que llegó a la de Roland Garros hace unas semanas. Chis estaba dentro de la Pista Central del All England Club, para ver cómo Djokovic le quitaba una marca que tuvo durante muchos años. La última final que jugó fue la del Open de Australia 1988.
Novak no para en sus registros, es ganador de 23 majors, y tendrá la oportunidad de sumar el número 24 e igualar el registro absoluto de Margaret Court. Si lo consigue, alcanzará también al suizo Roger Federer como el jugador con más trofeos (8) en Wimbledon. Así obtendría otro premio, también importante, recuperar el número uno mundial. El domingo, Carlos Alcaraz, actual líder del ranking, será su rival por el título.
El tenista de Belgrado estuvo sensacional, rápido, felino sobre la hierba, en la pelea de las seis bolas de rotura (más un minibreak en el desempata de la tercera manga) que tuvo durante el encuentro Jannik, que hizo esfuerzos encomiables por no abandonar el partido.
“Él ha fallado un par de tiros que me han permitido llegar al tie-break en el tercer set, pero es uno de los líderes de la nueva generación. Me encanta ser parte de ella”, bromeó. “Al contrario, siento que los 36 son los nuevos 26 y está bien. Tengo mucha motivación e inspiración para jugar al tenis, que verdaderamente amo”, añadió Djokovic.