El mundo afronta una situación extraordinaria, una pandemia para la que evidentemente no estaba preparado. Y mucho menos lo estaba el fútbol profesional colombiano, que hoy trabaja a prueba y error buscando la fórmula que le permita reactivarse y salir de la crisis económica que venía de tiempo atrás, pero se agudizó por la emergencia sanitaria.
El pasado martes, el Gobierno nacional, luego de avalar los protocolos de bioseguridad que presentaron la Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor para la reanudación de la liga profesional, y con la aprobación de los ministerios de Salud y Deporte, aprobó el plan de actividades.
A menos ser que eventos extraordinarios lo impidan, porque las condiciones están cambiando rápidamente, el 8 de junio comenzará la primera etapa: la de la valoración del estado de salud de los jugadores, con pruebas moleculares y serológicas de inmunoglobulinas, para garantizar que los deportistas se encuentren sanos.
Antes, los clubes deberán gestionar el regreso de sus empleados a la ciudad sede de trabajos y aclarar la situación laboral de los mismos, ya que en algunos casos los contratos se suspendieron temporalmente o se cancelaron.
Aunque el Gobierno ha insistido en que los equipos deben ponerse al día en salarios y temas parafiscales con los futbolistas, no está claro cómo se hará ese control.
Durante las próximas tres semanas las instituciones deportivas tendrán que adecuar sus sedes de entrenamientos e implementar la logística para los protocolos de bioseguridad.
La siguiente etapa será el inicio de los entrenamientos individuales y diferenciados, que tendrán una duración de 28 días, tiempo que, según los expertos, permite el adecuado acondicionamiento físico. Durante ese período se realizarán pruebas serológicas o rápidas cada cuatro jornadas.
Cumplido este paso, los planteles viajarán a una concentración en la sede seleccionadas para los partidos por la Dimayor, en la que deben estar garantizadas condiciones hoteleras adecuadas y un buen índice de estado sanitario contra el COVID-19.
Comenzarán entonces las prácticas colectivas y, en caso de que todo el proceso se cumpla sin contratiempos, la Liga de primera división se reanudaría en la primera o la segunda semana de agosto, siempre con pruebas rápidas cada cuatro días a todo el personal involucrado.
La responsabilidad de esos exámenes y evaluaciones será de los clubes de fútbol profesional junto con sus EPS. Ya durante el desarrollo de los juegos de la Liga, las pruebas estarán a cargo de la Dimayor, organizadora del torneo.
Se tiene previsto que el total de pruebas las haga una entidad de salud debidamente acreditada y legalmente constituida, que demuestre tener la capacidad operativa y que, además, pueda funcionar de forma adecuada en las sedes seleccionadas para la fase eliminatoria, cuando se prevé que se realicen cuatro pentagonales.
De acuerdo con los protocolos, durante todo el proceso a los involucrados se les realizarán, en promedio, 14 controles a cada uno.
Este modelo de la liga profesional masculina de fútbol en Colombia se replicará poco a poco en las demás disciplinas con el objetivo de que también se vayan reactivando, siempre dando prioridad a la salud de los deportistas y cumpliendo con los decretos y determinaciones del Gobierno para el manejo de la pandemia.