A la tercera fue la vencida. España se proclamó por primera vez en su historia campeona del mundo femenino. La Sub-17 rompió todas las barreras contra México para llevar a España el primer oro Mundial. No fue fácil. Las aztecas, que llegaban a la final por primera vez, no bajaron los brazos hasta el último suspiro. La Rojita pudo matar el partido, pero tocó sufrir. Como mejor saben las hazañas.
España empezó muy bien. Dominando e imponiendo su juego ante una México que esperaba en su campo. La Rojita no tenía prisa y se hizo dueña del balón. El premio llegó pronto. Al cuarto de hora, un balón largo lo tocó Salma de cabeza para que Pina, dentro del área, se fuera de la zaguera y abriera el marcador. El gol obligó a México a dar un paso adelante y presionar un poco más arriba, pero pudo llegar el segundo en un balón a Pina, que fue derribada dentro del área por Tanna, pero la colegiada no señaló nada. España hacía daño. Pina y Navarro se encontraban y la sólida México no parecía tan impenetrable.
Se mascaba el segundo tanto y llegó. Pina ganó en tres cuartos el balón, abrió a Navarro que hizo el uno contra uno y la puso atrás, donde Pina de primeras la mandó al fondo de la red. El Mundial estaba más cerca. Pero la alegría duró poco. México volvió a merodear el área de Cata Col y rascó un córner. En el centro, Castro remató, tocó en Eva Alonso y se coló en la portería. La renta volvía a ser mínima y no podía haber errores. Entonces, la Rojita se fue a por el tercero. La tuvo Navarro, pero se fue fuera. Igual que otra muy clara de Pina ante Jaydi. Salma se encontró con la guardameta y, otra vez Pina, se fue fuera. España merecía irse al descanso con más renta.
Tras la reanudación, la balanza se equilibró. México tenía más llegada, pero España tenía las mejores ocasiones. Eva Navarro gozó de la primera clara, Pina lo intentó de falta. Pero la tranquilidad no llegaba. Y las aztecas, con balones colgados e internadas de Nayeli, cada vez llegaba con más peligro y más asiduidad. España se defendía y buscaba la velocidad de Pina y Navarro. Pero, poco a poco, México iban haciéndose con el control, necesita marcar y no bajaba los brazos. Pero las fuerzas fueron flaqueando y España pudo respirar. Empujó México, pero no pudo con la muralla de La Rojita.
