El Pantano de Vargas con su imponente monumento fue el sitio que Nairo Quintana escogió como meta de su Gran Fondo. Allí llegaron todos los aficionados y profesionales que participaron. El cansancio de su cuerpo y su rostro era directamente proporcional a la alegría y satisfacción que sentían luego de completar los diferentes recorridos.
Cada uno celebraba a su manera. Hubo lágrimas, manos en alto, gritos que salían desde el corazón y hasta bicicletas que fueron levantadas del piso. Los que llegaban sin fuerzas eran ayudados por el aliento que les enviaban desde las orillas de la carretera.
Así pasó en todo el recorrido. En los puntos más duros del trazado siempre había alguien gritando y dando ánimo a cada corredor. Uno de esos puntos fue el alto de El Crucero. Con una longitud de 10 kilómetros de ascenso y un desnivel de un poco más de dos mil metros de altitud fue la parte en la que los participantes más sufrieron.
Pero como lo hace Nairo cuando está en los picos míticos del ciclismo europeo, consiguieron su objetivo al llegar al punto más alto, todos coronaron el puerto de montaña y nada se podía comparar a eso. «Lo más duro fue El Crucero, es difícil, parecía interminable. Lo mejor fue el paisaje boyacense, la laguna de Tota y las montañas», dijo Cristian Paz. Esas mismas montañas que han forjado a uno de los mejores ciclistas del mundo, junto al que pudieron pedalear y vivir por un momento el sueño de ser campeones.
«Estoy preparado. Siempre entreno en una altura parecida y me va bien cuando paso por Boyacá», dijo Egan Bernal antes de dar la partida de la competencia junto a Nairo. El ciclista de Zipaquirá era un local más en las carreteras que compartió también con Winner Anacona y Cayetano Sarmiento. El ciclista del Sky aprovechó para pedir prudencia a los participantes aunque también los reto. «Vamos a darnos duro, pero solo en la subida».
El recorrido pasó por Duitama, Nobsa, Sogamoso, Aquitania, Iza, Cuitiva, Tota, Tibasosa y Pantano de Vargas. En cada lugar, Nairo dejó la estela de su amabilidad y sus ganas de que cada persona lo pudiera ver, así fuera por pocos segundos. La retribución de los boyacenses fue salir a la calle a disfrutar del evento y del ciclismo.
Nairo tomó su Gran Fondo para hacer ciclismo recreativo. Bromeó con los participantes por el camino, se tomó selfies, paró a hablar con algunos mientras se refrescaba, abrazó a sus ciclistas del Boyacá Raza de campeones y llegó a la meta en Pantano de Vargas haciendo una señal de triunfo alineado con Bernal, Anacona y Cayetano.
Al final, el momento más esperado llegó. La premiación para los mejores que recibieron premios en efectivo.
Estos fueron los ganadores:
Categoría Súper Equipos Gran Fondo
1. Team Cundiboyacense.
2. Team Faro Eléctrico
3. Team Fusion
Categoría Gran Fondo 145 kms: Juan Daniel Alarcón
Categoría Medio Fondo 117 kms: Pastor Alonso Gómez
Categoría Paralímpico: Angel Yesid Fonseca.
Nairo también premió al ciclista con más años: Antonio Rincón (86 años), a una mujer paralímpica, la bicicleta más pesada, la escalada más rápida y la misma fecha de nacimiento de Nairo a quienes les entregó marcos de bicicleta, zapatillas, cascos y llantas.