Santa Fe y Nacional cerraban la fecha 3 de la liga colombiana.
Lo que prometía ser un clásico del fútbol colombiano con color en las tribunas terminó siendo un pesadilla.
Tras el final del primer tiempo la situación en el estadio El Campin se tornaría bochornosa y lamentable.
Un grupo de personas con camisetas alusivas al equipo de Medellín, porque no se pueden llamar hinchas, invadieron la tribuna familiar de hinchas locales.
Llegaron al punto de lastimar niños, mujeres y ancianos que se encontraban disfrutando del espectáculo deportivo en familia como debe ser.
Al presenciar la escena, varias personas alusivas al equipo capitalino cruzaron todo el campo para «hacer justicia» a mano propia.
Después de golpes, piedras y botellas que estaban presentes en la noche bogotana, las autoridades lograron «calmar» los ánimos.
Sin embargo en un barrido general se identificaron casi 5 heridos por los sucesos ocurridos, uno de estos con lesiones graves en la cabeza.
Pese a toda esta situación y a la poca seguridad que había en el estadio, el show debía continuar como dicen algunos irresponsables.
Mientras personas eran atendidas y otra se debatía entre la gravedad de las lesiones, el partido se siguió jugando demostrando así que no había ningún castigo.
Seguramente varios delincuentes que hace minutos habían protagonizado actos de violencia, seguían en el estadio presenciando el encuentro y sin ninguna represalia.
Hoy lo futbolístico queda atrás, la irresponsabilidad de haber continuado con el encuentro solo demuestra la mala gestión de los dirigentes del fútbol colombiano.
Pésima gestión de los dirigentes del fútbol y de los clubes, de los árbitros del partido y de la logística que se manejo ayer en El Campin.
Se espera que hayan acciones contra este grupo de delincuentes que dañan el espectáculo y que se empiece a gestionar un filtro en el ingreso a los estadios en el país.
