El Paris Saint Germain volvió a una vieja costumbre, aquella de golear, de gustar, de confirmar esa supremacía que lo hace de lejos el mejor de la Ligue 1, pero sobre todo de enviar un mensaje de alerta a la Europa del fútbol, una señal de que el club está hecho para grandes cosas.
Revons Plus Grand (soñemos más grande) se lee en un sector del Parque de los Principes, una frase que coincide con las aspiraciones de un club que anhela llegar lejos en la Champions. El 9-0 sobre Guingamp nos deja hoy esa sensación, razones hay para ilusionarse.
La vuelta a su estado de forma del goleador histórico Edinson Cavani, la alegría que transmite Neymar con sus toques de genialidad y esa frialdad en el último gesto, la contundencia de Kylian Mbappé al momento de la definición y la calidad de juego colectiva son indicativos de un buen augurio para el plantel que dirige Tuchel.
En esa cuenta regresiva a los octavos de final de la Liga de Campeones, el Paris Saint Germain sigue demostrando que sobrevuela en el torneo doméstico donde una gran diferencia lo separa del resto.
Aquellos días que compartió la plantilla en Catar da la impresión que ha tomado un efecto muy fuerte, el grupo ha tomado un nuevo aire, con bases solidas que deben fortalecerse en los días que vienen.
No obstante, todo no es lindo en el PSG, la salida de Marco Verratti a poco de iniciado el juego es una señal de alerta en esa necesidad de incorporar un centrocampista, si bien los nombres desfilan, Thomas Tuchel sigue aguardando esa pieza clave para reforzar el efectivo, aquel jugador que pueda ir de la mano con el proyecto de engrandecimiento y consolidación en la escena europea.
