El periodo de aislamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19 no solo ha amenazado la preparación de los jugadores de Atlético Nacional. El encierro también ha puesto en jaque su salud mental con algunas alteraciones que han sido manejadas por expertos.
En la plantilla verdolaga, que pasó de entrenar en una sede amplia y rodeada de naturaleza a intentar en casa no perder la condición física, los tres meses de encierro han dejado algunas secuelas. «Han sido demasiados días (…) esta situación inicialmente nos empezó a golpear», expresó el médico Nelson Rodríguez.
«En este momento realmente no estamos en un cien por ciento de la salud mental porque esto es muy complejo y demasiado largo. No estamos habituados a esto. Pero creo que la esperanza de retornar al campo es lo que nos hacía falta para poder decirles: la salud mental va a enderezar completamente», afirmó el galeno.
Dentro de este periodo de confinamiento, según contó el médico, «a primera manifestación fue con el sueño. Los jugadores nos decían que no dormían bien». A ese inconveniente se sumó que «de pronto algunos de ellos querían comer más, otros un poco menos».
Rodríguez detalló que junto a especialistas empezaron a «solucionar» estos eventos de manera individual, haciendo llamadas, telemedicina y recomendado algunos textos. Además, reforzaron el tratamiento creando una «red de apoyo» entre los mismo integrantes del equipo.
«Tenemos un grupo en el que además de tratar temas directamente relacionados con el trabajo también molestamos, nos mandamos fotos, nos reímos los unos con los otros. Todo enmarcado dentro de un respeto», reveló Rodríguez.
Asimismo, el médico resaltó que Nacional brindara la posibilidad de tener, a través de varios profesionales, un acompañamiento psicológico: «Hemos tenido capacitaciones con videollamadas, en las que ellos (los jugadores) tienen la oportunidad de manifestar sus inquietudes y de hacer sus apuntes«.